domingo, 2 de julio de 2017

SOLO SANARÁ NUESTRA SOCIEDAD CUANDO DEDIQUEMOS A LOS NIÑ@S EL TIEMPO QUE SE MERECEN.

Empiezo esta reflexión con unas frases del vídeo que presento al final. Claudio Naranjo dice en este vídeo: 

"las situaciones de vida, las situaciones económicas sobre todo han perjudicado mucho a los niñ@s". 
"Están surgiendo generaciones con falta de amor". 
"Hay menos ocio y más necesidad de sobrevivir". 
"Se le hace mucha fiesta al niño pero hay mucho negocio detrás, amor falso".

 Los niñ@s hoy en día están a falta de amor, amor que fundamentalmente les tienen que dar sus familias. Las familias no son las culpables, actualmente viven en unas situaciones duras que les obligan a pasar largas jornadas de trabajo o incluso a veces no tienen trabajo. En definitiva, es una vida para la supervivencia y no para fomentar la formación personal, el bienestar de las personas y de sus familias.




En los años que trabajé de maestra, percibí las carencias de amor de sus madres y de sus padres en algunos niñ@s. Se dice que no vale la cantidad, sino la calidad, que aunque un niñ@ pase poco tiempo con su padre y su madre, si ese tiempo es de calidad es suficiente, pero la vida de un niñ@ es muy intensa, cada segundo de su tiempo debe ser de calidad y no creo que las instituciones aseguren esto.

Los gobiernos deben cuidar a los niñ@s. Dentro de las políticas de los gobiernos debiera estar el cuidado de un desarrollo óptimo para los niñ@s. Para ello, los padres y madres deben dedicar tiempo a sus hij@s. 

Los gobiernos deben dar a las familias liberación de horas de trabajo, de tal manera que bien el padre o la madre estén con los niñ@s y no se vean en la necesidad de dejarlos en una institución, como son las escuelas infantiles. Para ello, tienen que ser remunerados por el gobierno, que al fin y al cabo el dinero es público, de tod@s. Qué mejor empleo de este dinero que en los niñ@s, que son la cantera de la sociedad futura. 

A pesar de que disminuya su horario, los padres y las madres deben tener un sueldo digno, que les permita dedicarse a sus hij@s. El dinero que se emplea en escuelas infantiles, con niñ@s que pasan largos horarios en ellas, a pesar de su corta edad, podría destinarse a liberar al padre o madre para que atienda a su hij@. 

Luchamos para que haya más escuelas infantiles desde cero años, y debiéramos luchar para que el padre o madre desde el momento que nace el hij@ estén a su lado y no tengan que dejarlo en instituciones.

 Esto supondría que uno de ell@s estuviera liberado totalmente o los dos a horario parcial (con sueldo digno), de manera que siempre uno de ell@s esté con su hijo.

Así debiera ser hasta que sea adulto, porque en todas las etapas va a necesitar de su madre y de su padre, infancia y adolescencia. Basta ya de niñ@s llave, que llevan colgada al cuello la llave de la puerta, porque al salir del colegio no hay nadie en casa, de niñ@s cuidados por otras cuidadoras, por sus abuel@s o por instituciones.



El niñ@ desde bebé no puede expresar lo que siente o sus necesidades en su totalidad como un adulto. Entonces se establece un lenguaje entre su padre y su madre y el niñ@. Explica lo que siente o lo que necesita a través de la expresión corporal, sonidos o miradas que solo el padre o madre entiende. 


Cuando un niñ@ va a una institución (escuela), este lenguaje pierde importancia, porque está entre varios niñ@s, y sus cuidadores/as no conocen ese lenguaje de cada niñ@, tan particular, que se establece en cada familia.


Cada niñ@ tiene un ritmo biológico de sueño, comida, descanso y actividad, que hay que respetar para que tenga un desarrollo adecuado. En cuanto entra en una institución, este ritmo es imposible de respetar, porque hay unos horarios y unas normas que cumplir.

Estas normas se les comunican a las familias. El niñ@ pasa de ser escuchado y de expresarse con esa manera tan personal, a someterse a unas normas, donde el mensaje principal es ser como los demás. Tod@s tienen que quitar el pañal o el chupete en una edad, tod@s tienen que dejar de dormir la siesta en una edad, todo@s tienen que comer a una hora...

Con esto tampoco quiero culpabilizar a los trabajadores/as de las instituciones; solo que creo que las escuelas infantiles no debieran existir tal como están pensadas.

Los padres y madres deben estar relajados cuando están con sus hij@s. En la actualidad vienen agotados de trabajar, con muchos problemas económicos o personales, porque vivimos en una sociedad muy dura. 

No pretendo tampoco culpabilizar a  los padres y madres. Ahora no pueden hacer otra cosa, es la lucha por la supervivencia lo que vale, si no trabajo, mis hij@s no comen, y tenemos que trabajar l@s dos, muchas horas y mal pagad@s. 

Pero sí me preocupa que algo que sea una necesidad inevitable  se confunda como algo que es mejor para los niñ@s. Recuerdo que encontré a una madre con su hijo en el cochecito, que me preguntaba como maestra qué me parecía que le sacara de la escuela infantil a comer a casa, ya que las otras madres le decían que lo dejara a comer porque así aprendía mejor a comer de todo y sin caprichos. También en la escuela se les dice que, cuando antes entren con dos o tres años, van a saber mejor leer después. 

Esto me preocupa, que se les diga a las familias que es mejor que estén en escuelas infantiles, porque allí aprenden mucho más. 

Mucho peor es que las familias piensen que en una institución se les educa a sus hij@s y que en casa se deseduca. Esto no es cierto. Un niño aprende desde que nace, en la interacción con su madre, padre y su mundo, en un ambiente de seguridad y afecto.

Deben estar cubiertas sus necesidades afectivas para desarrollarse con normalidad, sino llevará dentro a un niño herido durante toda su vida. 




El padre y la madre deben sentirse felices, sentir que su vida tiene sentido, que están en un trabajo que les gusta y donde son tratados con dignidad y respeto. Todo esto le hará bien a sus hij@s. Además, deben tener tiempo para el ocio, para ell@s mismos y para disfrutar de su familia. Tiempo para reflexionar, avanzar, formarse...

 El niño sufre muchas veces la incomprensión, el castigo, la indiferencia.

Solo cuando tengamos una infancia sana, veremos grandes cambios en nuestra sociedad y construiremos una sociedad que haga feliz a las personas, no por tener más, sino por ser mejores personas, cuidando de nosotr@s mismos y de los demás.
                                                                                A.I.R.

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