martes, 23 de mayo de 2017

LOS EJÉRCITOS NO DEFIENDEN LA LIBERTAD, SINO LOS INTERESES DE LAS MULTINACIONALES.

“¡Levántense, mujeres de hoy!

 ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o de lágrimas! 

 Digan con firmeza: No permitiremos, que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. 

 Nuestros maridos, no regresarán a nosotras, en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. 

 No se llevarán a nuestros hijos, no para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles, acerca de la caridad, la compasión y la paciencia. 

Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas madres de otro país, como para permitir que nuestros hijos, sean entrenados y convencidos, para herir a los suyos. 

 Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice ‘¡Desarma! ¡Desarma!’ 

La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia , ni es señal de posesión.”

                        Julia Ward Howe (Proclama para el día de las madres, 1870)

Traigo hoy estas palabras de Julia Ward, porque son muy actuales y debieran conocerse. 

 Los ejércitos entran en otros países para robar sus ansiadas riquezas, actualmente el petróleo, necesario para que las multinacionales de empresas del petróleo tengan lo que necesitan ahora y las reservas para justificar a sus accionistas que las inversiones que han hecho son rentables ahora y en un futuro. 

 Con estas guerras favorecen a otra multinacional, la de las armas. Por estos intereses son capaz de arrasar pueblos enteros, matar a niñ@s, mayores inocentes . 

Crean en esos países un desorden muy difícil de enderezar que perpetúa la guerra y al que nutren de armas. Pero lo peor es que crean un odio en el corazón de los atacados, que pone en peligro a la población inocente de esos países que fueron los primeros en atacar, los atacantes, los asaltadores, los invasores. 

Personas inocentes que no decidieron la guerra y que ahora tienen que pagar las consecuencias. 

 Pero a las multinacionales no les importan las personas, ni sus compatriotas, solo les importa el rendir cuentas de gran beneficios a sus accionistas.

 Echan la culpa a esos grupos enfermos de odio y venganza que ellos provocaron, y ellas, las multinacionales que dependen del petróleo y las armas tapan su responsabilidad.

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